lunes, 3 de mayo de 2010

De compras con los enanos (Parte II)


Mi madre se encarga de empujar el carrito del niño, mi hija entra en la tienda como una posesa por su propio pie, y yo detrás, tratando de seguirle la pista mientras saco mi lista y trato de encontrar la zona de bebés.
Me pongo a mirar los petos para el pequeñajo, ya que el pobre necesita ropa de verano urgentemente. Al mismo tiempo, intento controlar los movimientos del terremoto de hija con el rabillo del ojo. Ella ya ha entrado en acción, ha reunido en una esquina los zapatos más horteras de la tienda y se dispone a probárselos. Para ello, se ha quitado ya los suyos propios y se dispone a hacer lo mismo con los calcetines. Normalmente, no la dejaría hacer eso, pero pienso que es mejor tener al monstruito entretenido y quieto en un sitio, que corriendo por ahí. Así que la dejo.
Por otro lado mi madre comienza a sacar cosas, y antes de dejarme posar la vista en las perchas, ya me está diciendo:
Mama: “mira esta chaqueta, saca la lista, creo que necesitabas una para la niña no? Que talla? Yo creo que es mejor que la lleves crecedera porque si no, no le durará la temporada entera. Pruébasela a la niña, si le queda bien yo que tu me la llevaba ya porque se acaban en seguida, no, mejor, llévate dos, por si acaso. Te gusta? No me dices nada, no se para que vengo, porque no me contestas… bla bla bla….”
Ya me ha puesto la cabeza como un bombo y todavía no he empezado a mirar nada.
Mamalis: ”mama no me apabulles, que si me hablas todo el rato no puedo pensar y al final acabo comprando mal”
Ella va y se pica. Se acerca donde esta la niña probándose zapatos y se queda mirando ropa por ahí.
Por fin, un rato sola para poder concentrarme, saco mi lista y busco petos, bañadores, chaquetas, shorts… y de repente oigo de fondo,
Mama: “que noooooo niña que no le quites los calcetines a tu hermano!! Va a coger frío! Se lo voy a decir a tu madre!”
Enana: “que no miiiiimiiii, déjame que voy a ponele los zapatos a mi hemanito”
Intento ignorar la situación y sigo mirando cosas, tengo que aprovechar que los he traído para probarles la ropa. “Date prisa mamalis, date prisa,” pienso.
Finalmente, me hago con todo lo que me gusta y necesito y me llevo primero a mi hija al probador. La desvisto y empieza la sesión. La primera prueba es entretenida, porque ella está encantada con toda la atención, y es una presumida de la leche, así que se mira en el espejo por delante, de lado y por detrás. Sale del probador en busca de su abuela y su hermano para que admiren su modelito. Vuelve corriendo y ahí va el segundo. Ya empieza a moverse más, yo me tiro en el suelo y le meto la camiseta a trompicones. Nervosa ya por hacer el pase de modelos, sale del probador con camiseta y pañal y se da una vuelta corriendo por la tienda. Ya empezamos.
Salgo corriendo detrás de ella para tratar de ponerle el pantalón. Al final consigo metérselo. Le queda grande. Mierda, con lo que me ha costado! La reconduzco al probador y le pongo un vestido. Esta vez me cuesta un huevo metérselo, trato de placarla mientras ella se retuerce por el suelo gritando “mama este vestido no, el rosita sí” y yo “que no hija, que este es mucho más bonito, ya verás, déjame que te lo ponga”. Y después de un largo y costoso forcejeo que me cuesta el peinado, consigo metérselo. Se va corriendo otra vez. Pufff estoy sudando, con los pelos de loca y ya empiezo a sentir el cansancio del estrés.
Así, cinco conjuntos. Agotada, empapada en sudor y con la camiseta dada de si, salgo del probador. Mi hija ha vuelto a su esquina de zapatos horteras. Miro a mi hijo que está desesperado en el carro, el pobre tiene hambre y sueño, y decido que no le voy a probar nada, no quiero tirar más de la cuerda.
Selecciono lo que nos llevamos aunque ya estoy resignada. Se que mañana tendremos que volver a cambiar la mitad de las cosas. Que pereza!

10 comentarios:

  1. La semana pasada salí con mi hijo y consintió probarse dos pantalones, el tercero me dijo que me lo probara yo. Asi que con toda la ropa a casa sin probar, por suerte no tengo que devolver nada.

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  2. Jolin pues que suerte, yo siempre tengo que volver para cambiar algo, siempre, siempre, siempre, si por lo menos universalizaran las tallas... pero como cada tienda talla de una manera, no hay quien se aclare!

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  3. Puff, me ha dado cansancio a mi sólo de leerte. No sé qué haré cuando el bebito sea más grande pero algo me dice que paso de probarle ropa en las tiendas. Casi prefiero volver a descambiarlo. De momento me guio por mi ojo clínico y no me va mal xDDD

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  4. Qué estrés!!!

    Yo nunca voy con las niñas de compras, porque además de no dejerse probar, con lo cual no adelanto nada, sólo quieren las cosas más cursis y más horteras.

    La última vez que fueron a una tienda de ropa con sus abuelos volvieron con unas porqueras de Hello Kitty de trillón y con unas cangrejeras feísimas.

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  5. Jajaja, mi hija elije cada cosa!! Lo que más me molesta es que le encanta el rosa, todo lo quiere rosa, y yo antes de tener hijos me juré que jamás le pondrñia rosa a mi hija, pero bueno es lo que hay, de vez en cuando transijo, pero me cuesta!!!!

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  6. Qué agotamiento! Yo nunca le pruebo. Viva Inditex! Compro, se lo pruebo en casa y a veces lo cambio o devuelvo.

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  7. Es más que nada por no tener que volver pero al final siempre la acabo cagando en algo así que tengo que volver de todas maneras!

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  8. hola!!
    jajajaja!!
    que risas me he echado ocn las andanzas de tu hija, es una artista!!!
    espero que no tengas que deviolver mucho, auqne siempre puedes ir sola, comprar y después en casa probarle... e suna opción1
    xq veo que las madres en este caso no ayudan nada!!!
    besotes y gracias por pasarte por mi blog!

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  9. ¡Mamalis, me estoy replanteando atrasar más mi futura maternidad! Creo que te conté que me lo planteaba a partir de los 32-35, ahora estoy por dejarlo a los 40-50, jajajaja, ¡qué estrés!
    Menos mal que cuando estén dormiditos y los veas tan guapos y tranquilos debes de olvidarte de estos ratos de nervios, ¿verdad? :)
    ¡Un abrazo!

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  10. Madame Devovary, es una muy buena opción, pero esque volver me da casi tanta pereza como ir con ellos. Puff tengo que encontrar una solución.

    Polilla, no hombre no si es maravilloso!!! Como dice una amiga mia cuando sus hijos estan berreando, si ser madre es muy gratificante!!! Jajaja. Si dormido son unos angelitos eso es cierto!

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