Unos amigos deciden casarse en Lisboa, bien, esto nos permite pasar un fin de semana de juerga y locura fuera de nuestra ciudad, bien, los niños se quedan en Madrid con su abuela, bien, desconexión por dos días, bien. El problema es que si decides casarte lejos de tu país organízalo bien coño!!!
El viernes pasado ponemos rumbo a Lisboa mi maridito y yo y diez amigos más para asistir a la tan anhelada boda. Cenamos todos juntos, salimos a tomarnos unas copichuelas, risillas, pedete y a dormir.
El sábado por la mañana da tiempo a poco, pues un autobús con rumbo a la Iglesia nos espera a las 14:30 en la puerta del hotel. Con prisa y sin pausa nos arreglamos, secador en mano, colorete por aquí “maquillate, maquillate”, rimel por allá y como unos clavillos nos plantamos los diez en el autobús. El comienzo de una larga espera en este vehículo a 1000 grados y poco (por no decir nulo) aire acondicionado. Ahí estábamos todos, con nuestras mejores galas, sudando como cerdos esperando a que EL MEJOR AMIGO DEL NOVIO se dignara a aparecer. Una hora tardó el cabrón en presentarse. Ya llegábamos tarde, pero al chulapo parecía no importarle demasiado.
A las 15:30 comenzamos el trayecto, ya estábamos todos un poco hasta los huevos de la espera así que los ánimos estaban puestos en la primera cañita fresquita de la tarde, pero esta se haría esperar. Otra hora entera de trayecto hasta la Iglesia hace que los nervios se crispen un poco pues vestirse de gala (que no es lo más cómodo del mundo) para pasarse dos horas a 1000 grados no es lo que más apetece, sobre todo cuando estás de vacaciones.
Por fin llegamos a la capillita, preciosa por cierto, a las 16:30, supuestamente tarde ya que en la invitación ponía que la ceremonia empezaba a las 16:00, pero a nadie pareció importarle, El novio seguía en la entrada, los invitados que ya estaban allí parloteaban cual gallinas en la puerta y el cura se echaba unas risas con la Virgen. Total que nos hacen entrar en la Iglesia “que ya va a empezar la ceremonia, sentaos todos” y ahí que nos fuimos cual ovejas pegajosas obedientes a ocupar nuestros asientos.
A las 17:00 aparece la cachonda de la novia, media hora más de espera. Por lo menos en la Capilla hacía fresco pero ya llevábamos dos horas y media vestidos y todavía no había pasado nada. Teníamos hambre, calor, sed y ganas de juerga pero todavía quedaba una ardua misa por delante en portugués cerrado, de la cual no entendí un carajo.
A las 18:00 finaliza la ceremonia, y nosotros salimos como pedos al bar de enfrente de la capilla a calzarnos una cerveza para refrescar un poco el gaznate. Los novios tardan media hora en salir de la Iglesia y otros quince minutos en saludar a la peña. Nuestro autobús vuelve a entrar en escena, hay que cogerlo para trasladarnos al banquete “Dios que infierno!”. Esta vez se encuentra a 3000 grados y todos rompemos a sudar al instante.
A las 19:15 todavía en el jodio autobús, EL MEJOR AMIGO DEL NOVIO (de los cojones) encargado de hacernos llegar sanos y salvos a nuestro destino, se da cuenta de que nos hemos equivocado, a la salida de la capilla habría que haber torcido a la izquierda y no a la derecha. Ahora hay que deshacer lo recorrido más el camino real al banquete, “chupaos esa pringaos!”. Menos mal que el menda era del país!
A las 20:15 llegamos al banquete tan hambrientos y sedientos que nos abalanzamos si educación sobre cualquier camarero que por allí pasara con víveres. Vino, cerveza, caipiriña, croquetas, queso, jamón, lo que fuera, todo iba pa dentro. Cuando por fin saciamos nuestras necesidades más inmediatas comenzamos a sociabilizar un poco. Unas risilla por aquí, otras por allá, y enseguida nos llaman para ocupar nuestros asientos en las mesas.
A las 21:30 nos sirven el primer plato, crema de zanahorias. Media hora después llega el segundo, pescado, claro que tenía hambre pues había digerido la crema hacía ya un rato. Transcurridos otros treinta minutos llega el tercer plato, carne, “ozuuu que fatiguita!”. En este momento me empieza a entrar un dolor de cabeza, cervicales y espalda incontrolable. Me empiezo a encontrar como el culo. Media hora después llega el primer postre, sorbete de fresas con helado de limón. Luego cortan la tarta delante de todo el mundo, se toman su tiempillo para probarla, beso va, beso viene y todos estamos a punto de cortarnos las venas, el vino más que subir ha bajado. Otra media hora y sirven la tarta.
Entre pitos y flautas o mejor entre pescados, carnes y dulces varios se nos hacen las 00:30. Yo ya no puedo más, tengo un dolor de cervicales horrible así que encontramos un cuartito con una cama y me acuesto a dormir, total no podía abandonar el lugar hasta las 4 de la mañana que llegaba el autobús así que mejor dormir la mona.
Fue acostarme y empezar lo bueno, el DJ se arrancó con pachanguilla y en seguida la peña se animó, todos se emborracharon y bailaron como locos hasta el final de la fiesta. Yo me perdí lo único bueno del eterno, soporífero y caluroso día. “que bien, estoy encantada, si lo se me quedo en Madrid, es más creo que voy a pasarle a los novios la factura del vuelo, del hotel y del hospital al que voy a tener que acudir cuando llegue a casa”.
Mi dolor empeora al día siguiente, a pesar de ello tengo que coger el avión y volar hasta mi ciudad, “hogar dulce hogar!”. Llego a casa sin poder moverme, tenía incluso fiebre así que salgo corriendo a La Paz por miedo a una meningitis (hipocondríaca, lo se, pero rigidez de cuello con fiebre mal asunto). Hasta las 22:00 me tiene esperando para decirme que lo que tengo es un chungo por estrés y sobreesfuerzo físico por hijos pequeños.
Hoy ya estoy mucho mejor, el dopaje es bueno en mis circunstancias, pero no puedo evitar pensar en el asco de fin de semana que he tenido. Catorce horas de soporífera boda y ni un minuto de diversión, el sueño de cualquier madre con pocas posibilidades de viajar, genial!
El viernes pasado ponemos rumbo a Lisboa mi maridito y yo y diez amigos más para asistir a la tan anhelada boda. Cenamos todos juntos, salimos a tomarnos unas copichuelas, risillas, pedete y a dormir.
El sábado por la mañana da tiempo a poco, pues un autobús con rumbo a la Iglesia nos espera a las 14:30 en la puerta del hotel. Con prisa y sin pausa nos arreglamos, secador en mano, colorete por aquí “maquillate, maquillate”, rimel por allá y como unos clavillos nos plantamos los diez en el autobús. El comienzo de una larga espera en este vehículo a 1000 grados y poco (por no decir nulo) aire acondicionado. Ahí estábamos todos, con nuestras mejores galas, sudando como cerdos esperando a que EL MEJOR AMIGO DEL NOVIO se dignara a aparecer. Una hora tardó el cabrón en presentarse. Ya llegábamos tarde, pero al chulapo parecía no importarle demasiado.
A las 15:30 comenzamos el trayecto, ya estábamos todos un poco hasta los huevos de la espera así que los ánimos estaban puestos en la primera cañita fresquita de la tarde, pero esta se haría esperar. Otra hora entera de trayecto hasta la Iglesia hace que los nervios se crispen un poco pues vestirse de gala (que no es lo más cómodo del mundo) para pasarse dos horas a 1000 grados no es lo que más apetece, sobre todo cuando estás de vacaciones.
Por fin llegamos a la capillita, preciosa por cierto, a las 16:30, supuestamente tarde ya que en la invitación ponía que la ceremonia empezaba a las 16:00, pero a nadie pareció importarle, El novio seguía en la entrada, los invitados que ya estaban allí parloteaban cual gallinas en la puerta y el cura se echaba unas risas con la Virgen. Total que nos hacen entrar en la Iglesia “que ya va a empezar la ceremonia, sentaos todos” y ahí que nos fuimos cual ovejas pegajosas obedientes a ocupar nuestros asientos.
A las 17:00 aparece la cachonda de la novia, media hora más de espera. Por lo menos en la Capilla hacía fresco pero ya llevábamos dos horas y media vestidos y todavía no había pasado nada. Teníamos hambre, calor, sed y ganas de juerga pero todavía quedaba una ardua misa por delante en portugués cerrado, de la cual no entendí un carajo.
A las 18:00 finaliza la ceremonia, y nosotros salimos como pedos al bar de enfrente de la capilla a calzarnos una cerveza para refrescar un poco el gaznate. Los novios tardan media hora en salir de la Iglesia y otros quince minutos en saludar a la peña. Nuestro autobús vuelve a entrar en escena, hay que cogerlo para trasladarnos al banquete “Dios que infierno!”. Esta vez se encuentra a 3000 grados y todos rompemos a sudar al instante.
A las 19:15 todavía en el jodio autobús, EL MEJOR AMIGO DEL NOVIO (de los cojones) encargado de hacernos llegar sanos y salvos a nuestro destino, se da cuenta de que nos hemos equivocado, a la salida de la capilla habría que haber torcido a la izquierda y no a la derecha. Ahora hay que deshacer lo recorrido más el camino real al banquete, “chupaos esa pringaos!”. Menos mal que el menda era del país!
A las 20:15 llegamos al banquete tan hambrientos y sedientos que nos abalanzamos si educación sobre cualquier camarero que por allí pasara con víveres. Vino, cerveza, caipiriña, croquetas, queso, jamón, lo que fuera, todo iba pa dentro. Cuando por fin saciamos nuestras necesidades más inmediatas comenzamos a sociabilizar un poco. Unas risilla por aquí, otras por allá, y enseguida nos llaman para ocupar nuestros asientos en las mesas.
A las 21:30 nos sirven el primer plato, crema de zanahorias. Media hora después llega el segundo, pescado, claro que tenía hambre pues había digerido la crema hacía ya un rato. Transcurridos otros treinta minutos llega el tercer plato, carne, “ozuuu que fatiguita!”. En este momento me empieza a entrar un dolor de cabeza, cervicales y espalda incontrolable. Me empiezo a encontrar como el culo. Media hora después llega el primer postre, sorbete de fresas con helado de limón. Luego cortan la tarta delante de todo el mundo, se toman su tiempillo para probarla, beso va, beso viene y todos estamos a punto de cortarnos las venas, el vino más que subir ha bajado. Otra media hora y sirven la tarta.
Entre pitos y flautas o mejor entre pescados, carnes y dulces varios se nos hacen las 00:30. Yo ya no puedo más, tengo un dolor de cervicales horrible así que encontramos un cuartito con una cama y me acuesto a dormir, total no podía abandonar el lugar hasta las 4 de la mañana que llegaba el autobús así que mejor dormir la mona.
Fue acostarme y empezar lo bueno, el DJ se arrancó con pachanguilla y en seguida la peña se animó, todos se emborracharon y bailaron como locos hasta el final de la fiesta. Yo me perdí lo único bueno del eterno, soporífero y caluroso día. “que bien, estoy encantada, si lo se me quedo en Madrid, es más creo que voy a pasarle a los novios la factura del vuelo, del hotel y del hospital al que voy a tener que acudir cuando llegue a casa”.
Mi dolor empeora al día siguiente, a pesar de ello tengo que coger el avión y volar hasta mi ciudad, “hogar dulce hogar!”. Llego a casa sin poder moverme, tenía incluso fiebre así que salgo corriendo a La Paz por miedo a una meningitis (hipocondríaca, lo se, pero rigidez de cuello con fiebre mal asunto). Hasta las 22:00 me tiene esperando para decirme que lo que tengo es un chungo por estrés y sobreesfuerzo físico por hijos pequeños.
Hoy ya estoy mucho mejor, el dopaje es bueno en mis circunstancias, pero no puedo evitar pensar en el asco de fin de semana que he tenido. Catorce horas de soporífera boda y ni un minuto de diversión, el sueño de cualquier madre con pocas posibilidades de viajar, genial!
Sobreesfuerzo físico por hijos pequeños??jajaja...me dijeron algo parecido cuando me pusieron el collarín...jejejej!!!
ResponderEliminarY sí, bodas así las hay a miles...
¿En serio que eso es un diagnostico que te pueden dar? Sobreesfuerzo físico por hijos pequeños, nunca lo hubiera imaginado.
ResponderEliminarPues si que te lo pasaste bien, como para repetir...
Fíjate que cuando he empezado a leerte he pensado: qué ganas tiene estar mujer de irse a una boda tan lejos! jajajaja Ves, si tenía yo razón!!!.
ResponderEliminarYo no sé por qué esos autobuses nunca tienen aire!!!
Por cierto, yo creo que cuando los novios son conscientes de que la mitad de la boda tiene que hacer viaje para asistir, lo suyo sería contribuir con algo del viaje porque ya bastante tiene la gente con la ropa, el regalo... Pero bueno, está claro que esto lo creo yo sola, porque solo lo he visto hacer una vez. Las demás veces: búscate la vida!
Danygirl: Bueno el nombre fue más técnico en plan espina baja no se que, pero bueno que le dije que tenía dos hijos pequeñíiiisimos y me dijo normal y las veces que te volverá a pasar. Más vale que empiece a hacer ejercicio rápido.
ResponderEliminarTreintañera:Ni loca, hay cosas que una prefiere olvidar, sobre todo irme hasta lisboa para pasar la noche en la cama de un sitio de bodas y banquetes no es lo más divertido que le puede pasar a una.
Mama contra corriente: Para empezar es cierto esa mierda de autobuses jamas tienen aire, sobre todo en verano, ahora que llega a ser en diciembre y ahi que te plantan en aire.
Lo de aportar dinero para el viaje no se, pero joder ya que nos hacen movernos hasta allí que se preocupen por nuestra felicidad y diversión, vamos es lo mínimo no? Vamos digo yo!
Hola, gracias por la felicitación!
ResponderEliminarYo también estuve en una boda de esas, y lo peor de todo no era ya el tiempo que tardaban en traer el plato, es que había gente que lo había terminado y gente que tardamos media hora más en empezar...
Espero que estés mejor del sobreesfuerzo...
Besos
Jajajaja el diagnostico del medico me ha dejao con los ojos como platos, pero si él lo dice que es el experto, yo ni mu ;)
ResponderEliminarUfff las bodas esas me matan y lo peor es que no tiene para nada en cuenta el esfuerzo que hacen sus invitados por ir hasta alli, no sólo económico sino de todo tipo. Yo estuve en una parecida en Sevilla y creía que moriría allí mismo entre el segundo y el tercer plato, me dio ansiedad, cagalera, cabreo, todo aderezado con uns 45º a la sombra y por supuesto tambien con autobuses de por medio...que les gusta a algunos novios poner buses en sus bodas, ains!!
Es lo que pasa, que te tiras todo el año organizando la celebracion para un solo dia y luego depende del tiempo, de la gente, de los camareros, de la comida, de... de un millon de cosas que pueden joderte todo el esfuerzo. No se lo tengas en cuenta porque seguro que los novios lo organizaron con toda su buena fe y lo ultimo que esperaban es que os salieran tan mal las cosas. Eso si, yo antes de irme tan lejos a una boda me lo pienso, eh?
ResponderEliminarSí, a mí la explicación que me dieron era más bien falta de sueño y tener la espalda y el cuello hechos mierda por "consentirlo" y tenerlo tanto al brazo...
ResponderEliminar¿que se creen que voy a tener un bebé pa que esté en el carro?
Hombre por Dios...con el gustito que da tenerlos al bracito!
:S
ResponderEliminarJo...creo que no aceptaré ninguna invitación para bodas en Portugal! Jeje!
Besicos!
Claudia Newman: Pues si hay bodas a las que es mejor no asistir. Ya estoy ucho mejor aunque dormir con mi hija no ayuda mucho. Gracias.
ResponderEliminarSí es lo que parece: Joe cagalera es otro clásico que como te de en una boda a la que has llegao en auntobus puedes pasarlo realmente mal.
Danygirl: Jajajaja, si es que es mu fácil decirlo, a mi me han dicho, 3 días si coger peso y ni que decir tiene a los niños, pero claro es un decir porque si no les limpio la caca que pasa que se quedan cagaos 3 días?
Martha, Y además que sí porque me han dicho que lo de la cena eterna es costumbre allí, que no fue esta sola as´que si vas a Portugal a una boda concienciate de lo que espera!
La Vane: Supongo que dentro de unos meses se me pasará el cabreo, no se lo tendré en cuenta, pero a día de hoy mi cabreo sigue.
me morí de risa con tu relato! Ojo! que yo tuve uno parecido, no tan descriptivo...de un amigo que fue partícipe de esa boda interminable...joder! no van las misas! ni las ceremonias tan largas! Parece que mi gran amigo ha sabido llevar esta jornada con bastante alcohol en sangre, no la pasó tan mal...hasta hubo ligue y todo!
ResponderEliminarLo mejor en estos casos, es perderse en la joda y seguirla a morir; beber y comer hasta el cansancio.y bailar!!!! Pero nosotras, que somos madres, por ahí ya no estamos para estos trotes...a las pocas horas, ya tienes que seguir con la rutina demoledora de "mami, quiero tal cosa" o cambiada de pañales, o lo que sea...la tarea que nunca termina :)
Nosotros fuimos a una boda a un pueblo cercano a París. La boda en sí estuvo bien, organizada y entretenida. Pero la vuelta... No habían puesto autobús y nos acoplamos con una española residente allí. Desafortunadamente, se nos acopló también un argentino borracho como una cuba que abría constantemente la ventanilla y decía que se iba a tirar y que potó en el coche. Inolvidable!
ResponderEliminarno podrias haberlo contado mejor
ResponderEliminarHola He visto que el último post es del año pasado. Aún asi, escribo con la esperanza de que puedas decirme el autor de la foto de la semana (24-mayo-2010) que tienes colocada en el post "Relato de una boda coñazo" Es una niña morena con una muñeca (por decir algo) entre las manos.
ResponderEliminarGracias