martes, 4 de mayo de 2010

¿Educamos o mal educamos?


Esta mañana he leído un post que me ha parecido bastante interesante, se titula ¿Qué mierda de sociedad estamos creando? y trata, entre otras cosas, a cerca de la mala educación que algunos padres le dan a sus hijos y la poca autoridad que se le confiere hoy en día a los profesores.
Personalmente opino que los niños de hoy en día son casi todos unos vándalos y no se muy bien porqué puede ser, pero desde luego que, el respeto que nosotros teníamos por nuestros mayores ya no es el mismo.
Yo soy nueva en esto de la educación, la verdad es que se me hace raro verme al otro lado de la moneda. Ahora soy yo la que va a hablar con los profes, la que regaña cuando se hace algo mal y la que repite las cosas hasta parecer un disco rayado. Se me hace bastante raro. He de reconocer que incluso muchas veces me veo un poco perdida, no se muy bien cómo hacerlo. Sin embargo, lo que tengo muy claro es que quiero que mis hijos sean respetuosos y tolerantes con los demás.
No quiero entrar en el tema de cómo educar, porque para empezar estoy un poco verde, pero sí quiero contar una anécdota de la cual me siento muy orgullosa, tanto por mi parte como por la de mi pareja. Los dos estamos de acuerdo en que preferimos dedicarle tiempo y cariño a los niños antes que colmarles de juguetes que al final no van a valorar en absoluto.
Desde que mi hija ha empezado a sociabilizar, solemos bajar mucho al jardín de nuestra casa. Ya tiene muchos amiguitos (aunque todavía va cada uno un poco a su bola, pero bueno cada vez se relacionan más). Pero fue en otoño cuando bajamos por primera vez y nos dimos cuenta de que estaban de moda las motos pequeñitas. Todos los enanos andaban corriendo con ellas por el jardín.
Al principio nos dio igual porque nuestra hija pasaba un poco, además, como es una cagada, no se atrevía a subirse. Pero conforme pasaba el tiempo ella se fue fijando más en las motos, cuando veía que algún niño dejaba la suya por ahí tirada, iba ella y la cogía para probar. Llegó a tal punto que cuando hacían carreras, ella era la única que iba corriendo. La verdad es que a mi me daba mucha lástima, pero por otro lado la veía feliz, le daba igual, ella participaba como podía. Tuve algún momento de debilidad, pero ahí estaba mi marido para recordarme que nosotros no queremos que nuestros hijos sean unos consentidos. Me decía “¿que pasa, que cuando todos los niños tengan consolas tu le vas a comprar una a tus hijos?”. Eso me llegaba al corazón, porque si algo me repugna en esta vida, son los niños que se pasan la vida con los videojuegos esos en lugar de estar en la calle inventando cosas para divertirse. Así que nos hemos mantenido firmes durante todo el invierno.
Sin embargo, el otro día me fui a Carreflur con mi madre y vimos unas motos de Mickey bastante baratas. Mi madre, como buena abuela, ha sufrido mucho viendo a la niña sin moto, y aunque ha intentado convencerme en numerosas ocasiones para comprarle una, yo me he negado en rotundo. Total que, el otro día, al final me convenció y nos la llevamos.
Cuando la niña la vio, no cabía en sí de la alegría, no paraba de decirle a todo el mundo, “es mi moto, es mi moto”, incluso a los dos días cuando la llevé al cole le dijo a la profesora “mama ha compado una moto”. Estaba tan emocionada. Cuando bajamos al jardín todo el mundo le decía “pero mírala si ya tiene una moto, que suerte!” y ahí que iba ella toda orgullosa.
Ya hace una semana de esto y todavía sigue emocionada, no se baja de la moto. Ha practicado mucho e incluso ha ganado alguna carrera.
Conclusión: al final hemos sucumbido sí, pero ella valora lo que tiene y está agradecida. Estas son dos cualidades que quiero inculcarle a mis hijos y creo que esta vez lo hemos hecho bien. Supongo que nos equivocaremos muchas otras pero cuando una tiene claro lo esencial, lo demás viene solo o eso espero!

8 comentarios:

  1. La verdad que es muy dificil decir no cuando todo el mundo lo tiene y ves a tu hijo que es el único que no. De todas formas pienso que siempre hay cosas que se puede decir que si y otras que hay que mantenerse firme y decir que no por su edad o por el motivo que sea(que cada padre pueden tener los suyos).

    Mi hijo cuando nació le regalaron un correpasillos que es un coche de bomberos y es lo que ha estado bajando al patio hasta ahora que ha empezado a bajar la moto que le trajeron los reyes. Nosotros decidimos que como al final iba a tener moto como todos los niños que bajan al patio a jugar pues se la traian los reyes aunque entonces era muy pequeño para ella (de hecho en mi casa fue lo único que le trajeron junto con un libro de cuentos), y la hemos tenido guardada hasta ahora que ya le viene bien. Tambien esta muy emocionado con su moto y no la quiere soltar ni por casa, por lo que se la tengo que esconder para que la vecina de abajo no me mate.

    ResponderEliminar
  2. El post que has citado me ha dejado de piedra. Ya sabes que estoy de acuerdo contigo en todo lo que has dicho. Creo que no hacemos mal por al final caer "en la trampa", porque lo verdaderamente importante es hacerles ver qué es lo prioritario y qué no lo es, a su pequeña escala, claro.

    ResponderEliminar
  3. Para mí lo más importante es que te has preocupado de su socialización. Tu marido y tu habeís buscado tiempo, mucho o poco, para ayudarle a relacionarse con otros niños. Ya empezais con muy buen pie. Y también la estais acostumbrando a recibir y aceptar alguna negativa... Yo quiero tener a tu niña como alumna y a tí como madre-colaboradora. Igual algún día :)

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias, es bueno saber, por lo menos de una porfesional, que una sigue un buen camino, a veces es difícil saber si se hace bien o no. Sobre todo es duro decirle que no a tu hijo pero bueno creo que es mejor que que crea que se lo merece todo.

    ResponderEliminar
  5. nena, lo primero felicidades porque no es fácil mantenerse en estas cosas, con el ambiente que circula, yo más bien estoy horrorizada pensando que un día mi hijo tendrá ocho años -quién sabe si no antes- y me pedirá un móvil para hablar con sus amigos y yo me negaré y será un sinvivir... no soy muy maniática con lo de no comprarle juguetes, la verdad que tiene muchos y como además sus abuelos viven muy lejos cada vez que vienen le traen un montón de cosas, y yo tengo que admitir que soy una consumista compulsiva con lo cual si veo algo que me gusta para él y pienso que además va a estimular su desarrollo, pues allá voy, me hace mucha ilusión regalarle algo y que le guste y compartirlo juntos... en cuanto a la moto, tiene moto desde que su madre se enamoró de una moto diferente a todas las demás que había visto por ahí y baratísima y llegó a casa cargada con la moto y más ilusionada que el propio crío! no veas cómo corre por la casa, el vecino de abajo o está sordo o cualquier día nos denuncia... pero efectivamente, yo recuerdo que a mi madre le costó mucho comprar el video para la tele y después me regaló una cadena de música cuando terminé la carrera, y esas dos cosas que me costó mucho conseguir y que conseguí mucho mucho mucho después que mis amigos, aún las recuerdo...

    ResponderEliminar
  6. Claro Manuela, creo que es importante ponerles las cosas un poco difíciles, que no se crean que se lo merecen todo. Porque lo que sí es cierto es que la vida no es fácil, y van a tener que aprender a currarse las cosas tarde o temprano.

    ResponderEliminar
  7. vale, tienes razón, pero es que tan chiquito con sólo dos años... lo que sí hago es tener la santa paciencia de enseñarle a recoger las cosas que tira y no darle algo que él quiere hasta que no ha recogido todo, y te aseguro que sería un millón de veces más fácil recogerlo yo en treinta segundos y seguir con la siguiente actividad! es mi faceta más educadora me temo... pero voy a reflexionar un poquito para cuando crezca dos añitos más y tenga un poco de uso de razón que aprenda a valorar las cosas que consigue...

    ResponderEliminar
  8. Puff eso también lo hago yo, que pereza, a veces parece que pasa una eternidad hasta que lo recogen. Y tenss razón mucho más fácil y rápido sería recogerlo yo. Nuestro mérito renemos!

    ResponderEliminar